yoga 

El Misterio fundamental de la vida es la consciencia, y el hecho de explicar a la misma, significa básicamente explicarnos a nosotros mismos. Nosotros que seguimos siendo un misterio para nosotros mismos. El yoga, podría definirse como una actitud ante la existencia, ante el misterio. 

De unos años aquí, los maestros modernos de yoga, crearon un sistema de prácticas diseñado para rejuvenecer el cuerpo y prolongar la vida, y a eso lo llamaron yoga. Rechazaron las enseñanzas de los antiguos Vedas y abrazaron el cuerpo físico como el medio para lograr la iluminación. Desarrollaron Tantra Yoga, con técnicas radicales para limpiar el cuerpo y la mente, y romper los nudos que nos atan a nuestra existencia física. La exploración de estas conexiones físico-espirituales y prácticas centradas en el cuerpo, condujo a la creación de lo que pensamos principalmente que es el yoga en Occidente: Hatha Yoga, del que se derivan todos los tipos de yoga que conocemos. 

Todos los maestros que nos precedieron, están de acuerdo en que el propósito final del yoga es transformarse en alguien que pueda entrar en comunicación profunda con la realidad de su vida tal y como es, sin proyecciones ni juicios.

El verdadero Yoga se despliega de la exploración corporal dentro de la esterilla a tu realidad cotidiana, siendo tú el sendero  y el destino, y el cultivo de la escucha profunda de tu intuición, la vía.

La práctica es cura de presencia, es volver a ti cada vez que sientas que te has vuelto a alejar, ver cómo funcionas y  reaccionas en cada situación que te presenta la vida, sin la pretensión de querer que sea diferente, sin la pretensión de querer cambiar a los invitados que llegan a cada situación. No hay nada que no sea yoga.