«La palabra alcanzar de nuevo implica tiempo y distancia. La mente es pues esclava de la palabra ‘alcanzar’. Si la mente puede librarse de las palabras ‘conseguir’, ‘alcanzar’, ‘llegar’, entonces el ver puede ser inmediato.»Jiddu Krishnamurti. 

Me despierto como sin abrir los ojos. Siento el cuerpo inútil, sin licor. Me ducho sin mojarme.

Sí. Uno de esos días…de tiempo sin minutos, de infusiones frías, y de relaciones sin metáforas. Uno de esos días de vida inquietada, en los que una fuerza mayor le entristece a una misma de tal manera, que la única cosa que le queda es pararse donde está y no hacer nada, solo dejar ir el vaivén corrosivo y emocional, sin más batallas cerebrales y espirituales que la inmersión en el instante en el que está, y sin más desvelo que el de encontrarte abismando en el presente donde prometen los sabios que se encuentran los símbolos y la fragancia de la existencia.

…. Y ahí estaba yo enrollada en mi mareo – pareo mirando al mar. Charlotte se acababa de ir, y me dejó con precipitaciones en mis sentidos, así que decidí ubicarme en un sitio en la playa en el que la casualidad de encontrarme con alguien conocido se redujese al mínimo. Quería disfrutar de mi disfrazada soledad… Y apareció lo que me apuntaba que iba a ser una posible parte anecdótica de mi aparente viaje: un hombre que me da una invitación para un Satsang con un Maestro advaita en el «Love Temple» a las 17.30h.

Y con esta invitación de este señor desconocido, una parte de mi fue convirtiendo la desazón del día en ligereza, alivio y expectativa, así que me fui de la playa reconciliándome con el desequilibrio del momento.

Definitivamente quería ir a este Satsang. Satsang -encuentro con la verdad-, es cuando diferentes personas se sientan enfrente del supuesto maestro o gurú o.. que hace de catalizador en el proceso de despertar, y los “estudiantes” le hacen preguntas de todo tipo, donde también se pueden incluir meditaciones, mantras o lecturas. Había leído a Balsekar y a Ramana Maharishi el último año, y a pesar de que descansaba en la idea de que en esta vida no existe nada personal, que no hay nadie que decida nada, y de que todo lo demás fomenta la idea de que hay “alguien” que en un “futuro” que quiere lograr algo que no está aquí, realmente no entendía nada.

Llego al lugar, y como era mi primera vez, me hacen hacer como diez rituales hasta llegar a sentarme enfrente del Maestro, e inclinarme a sus pies. Nos mantenemos las miradas por no menos de seis minutos…..

P: What you came for Marta?

R: I have no idea. But I am here.

Risas y Silencio.

Las personas que estaban alrededor comenzaron a desdibujarse. Descansé el micrófono en el suelo, y se me apagó la radio interna. De repente estaba sentada enfrente de este señor rodeado de discípulos con cara de asombrados e iluminados al estilo Goa «New Age», en un lugar exótico y mágico lejos de Arambol, al que 24h nunca antes había oído hablar de, pero que en ese momento me estaba resultando de lo más excitante del mundo. Algo que mirándolo en la distancia, lo llamaría de un excitante y maravilloso efecto placebo.

Y empezó toda una semana de colores a modo Kumare, el documental, donde una vez más, no todo es lo que parecía, donde una vez más, la sexualidad ocupa un lugar relevante en las enseñanzas de algún maestro que seduce a todas sus discípulas a base de una apertura desbordante y una sugestión que te hace creer lo que no es.

Donde una vez más te preguntas hasta qué punto es experimentado lo que esa persona dice o de si no se trata de esa otra persona, sino de ti y de lo que te hace acercarte a ese otro, porque es todo un juego de proyecciones y de poner el acento en lo otro pero no en lo que me pasa a mi con lo otro.

Donde una vez más y después de que pasara esa semana llena de experiencias y propuestas sexuales, me preguntaba cuáles serían las motivaciones de toda esa gente y especialmente las mías de estar ahí en ese momento -y de acudir a ese tipo de encuentros- y donde me preguntaba si no sería mejor pasar por un proceso SAT de Claudio Naranjo o unas cuantas sesiones de Gestalt o de terapia antes de hablar del Self y del amor en esta Disneyland «espiritual», donde una vez más me cuestionaba si era mi ego el que no está dispuesto a recibir, y a liberarse porque está lleno de pre-conceptos y juicios, o es que es el mundo (y yo) es el que está imbécil de cordura y confusión deseoso de elevarse, pero no de mirarse ni de integrarse. Si es que haya algo que tenga que ser integrado.

«Los antiguos Maestros no intentaban educar a la gente, sino que, suavemente, enseñaban a no saber. Las personas son difíciles de guiar cuando creen que saben las respuestas. Cuando saben que no saben, encuentran su propio camino». Lao Tse.

Fotografía: Neil Krug. http://www.neilkrug.com/

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