Quédate despierto cuando te estés quedando dormido.
Tu kavaná (intención) consiste en mantenerte observando mientras te quedas dormido: el proceso de la vigilia al mundo onírico.
Presta atención al momento exacto en que te entregas al sueño. Al principio te vencerá el sueño antes de que te des cuenta siquiera de lo que está sucediendo. Hasta que una noche, si perseveras, ¡verás lo que pasa!
Entonces te irás quedando dormido sin cerrar los ojos; podrás realmente describir los cambios físicos que suceden internamente en ese momento. `Cuando me estoy quedando dormida, se me cierra la mandíbula´o `Cuando me estoy quedando dormida, se me abre la boca´: ésa es la señal. Quizás tu tengas una señal distinta. Simplemente observa conscientemente hasta que llegues a ese momento de transición.
Prueba a hacerlo también en la mañana, al despertar, en lo que se conoce como hipnopompia. La noche anterior, repítete que quieres estar consciente del momento de la transición entre el sueño y la vigilia. Observa las señales físicas, pero observa también cómo tu proceso de pensamiento empieza a invadir las volutas de tus imágenes oníricas que aún van apareciendo. Trata de retener ambas señales, no dejes que tu conciencia diurna ahogue y borre el sueño tan rápido.
(Todas las propuestas y ejercicios expuestos aquí, son una práctica. No comparto fórmulas mágicas)
- Inspirado en los textos de Catherine Shainberg.
- Fotografía: fuente desconocida.