Hace dos meses no sabía qué hacer con mi vida, y decidí que empezaría un blog. Quizás esa sea la manera de dar forma a lo que no se oye, y de cuestionar mis propias creencias para ir des.cubriendo mi propio lenguaje, pensé.

Cuando era pequeña, o más bien ya adolescente, lo arreglaba todo escribiendo cartas: de amor, de perdón, de resentimiento, de nostalgia, de ánimos, de rabia, de….. Escribía, subrepticiamente, como una manera de hacerme presente en la vida – del otro- con el deseo de ser comprendida, re.conocida. Y sobre todo porque sobre temas que conciernen al corazón, siempre me resultó más fácil escribir que hablar.

Pues bien, desde el «hace dos meses que decidí que empezaría un blog», han pasado muchas cosas, y no ha pasado nada. Tenía la idea utilizar el yoga como excusa para empezar a escribir; entonces quise encontrar el toque diferenciador dentro de esta temática, algo bastante difícil en los tiempos que corren, sobre todo, porque para mi el yoga lo incluye todo. Así que hablar de yoga podría ser hablar de cualquier tema que nos concierne como humanos, porque si yoga es un método de evolución de la consciencia humana, cualquier cosa que se nos presenta en el instante puede ser motivo de ello.

((( Como diría Georg Feurstein, «el yoga no se hace, el yoga se es». ¿Y cómo escribir sobre algo que se ES? ……….»Ser uno mismo no tiene nada que ver con la acumulación de conocimientos. La liberación significa vivir libremente en la belleza de tu ausencia», nos recuerda Jean Klein. )))

Y entonces empecé a preguntarme ¿qué es yoga para mi? y ¿qué es lo que la gente entiende por yoga?  Y así, decidí hacer una mini encuesta a profesores de yoga de diferentes líneas, practicantes.y gente que sienten cero atracción por este mundo para ver si entonces me aclaraba yo. En esta encuesta, les pregunté:

1.    ¿Qué es el yoga PARA TI? / ¿Qué entiendes por yoga?

 2.  ¿Practicas (o practicaste) con alguna finalidad? / ¿Qué crees que puede aportarte algo a tu vida – existencia?

 3.  ¿Crees que existimos para cumplir algún propósito (ya sea individual o colectivo)?

Tuve unas 80 respuestas que iré desvelando,  si antes no cambio de opinión, en los próximos posts. Juntos, iremos sacando conclusiones y desengranando de qué hablamos cuando pronunciamos la palabra «yoga». 

Después, y a raíz de estas preguntas, un «alumno» me sugirió lo siguiente:

(Yo): le envío las preguntas.

(El): bueno, estas preguntas requieren un mínimo de reflexión. Evidentemente contarás con mis respuestas en cuanto pueda hoy o mañana. Piensa en el blog en formato pregunta/respuesta porque creo que hay muchas preguntas pululando en la mente de la gente que aún no teniendo respuesta, pueden tener una reflexión interesante desde tu punto de vista. (…)

(Yo): (…) ¿cuáles serían tus preguntas?

(El): (ni corto ni perezoso)

  1. ¿qué rol juega la comida en la practica y en concreto tu práctica?
  2. ¿realmente tengo que ser vegetariano para ser un buen yogi?
  3. ¿cómo funciona la meditación? ¿lo has conseguido tu? ¿es posible llegar para un practicante de yoga o hay que ser un santo? 
  4. ¿realmente voy a ser tan flexible como tu y poder tocar el suelo con la cabeza en un ásana?
  5. ¿qué papel juega el desapego en el 2014 comparado con lo que se nos explica en los textos yóguicos?
  6. ¿qué opinión tienes tu de yoga comercial y yoga no comercial?
  7. ¿qué influencia tienen los diferentes linajes sobre sí?
  8. ¿qué cambios se producen cuando practicas yoga? ¿cómo lo viste tu y cómo lo vendes a tus alumnos o lectores?
  9. ¿realmente te ha cambiado la vida – eres más feliz – ahora también? 
  10.  porque eres instructora de yoga, ¿realmente te gusta?

y a riesgo de ser malinterpretado:

  1.  ¿qué piensas de los clichés de yoga?
  2.  ¿los hombre por qué siempre están detrás de la clase?
  3.   ¿es verdad que los alumnos se enamoran de su profesor de yoga?
  4.   ¿qué piensas de yoga para embarazadas, depresivos, lesionados…?
  5.   sobre las lesiones en yoga: ¿qué lesiones has sufrido tu y cuales son los que más ves?

(Yo): parece que tenías las preguntas guardadas en tu cajón de interrogaciones vitales, madre mía. Bien, ahora sí que tengo otra por delante para escribir. Creo que todos estas preguntas, alguna vez, ocuparon u ocuparán la mente de todo practicante que comienza a interesarse por el mundo del yoga, como también me las ocupan a mi.  Así que me la apropio pretexto para escribir -a modo de experimento y desde mi pequeño lab.oratorio en este campo. 

Finalmente, hoy, destruyo lo escrito en estos meses, le quito paja al asunto de escribir, me dejo de títulos complicados, desecho la idea de llamar al blog «espacios deshabitados», y recuerdo a Hemingway con su: «Por el amor de cristo, escribe y no te preocupes por lo que los muchachos dirán, ni de si será una pieza magistral o qué», y empiezo el blog. 

A donde me lleve.

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